Hoy a la mañana iba en el bondi y venia
escuchando una conversación entre una madre y una hija adolescente. Discutían
porque la chica quería ir a una fiesta y la madre no la dejaba. La mamá decía; "…
¿quiénes van? ¿Cata va? Por qué los padres de Cata son padres que se
ocupan". "No podes ir yo el sábado me tengo que levantar temprano y
si vos salís no duermo…"
Escuchaba e inevitablemente me iba unos cuantos
años atrás cuando mi madre, madre exigente, madre que nos tenía cagando, madre
que parecía que no se sensibilizaba por nada, y pensaba que difícil es la adolescencia,
que edad complicada.
Recuerdo una vez, había una fiesta de egresados,
era la fiesta más esperada del año, yo lloraba, le decía "…mamá van todas,
por favor, después si queres no salgo por un mes pero déjame ir…" Y
adivinen qué? No me dejo. No recuerdo bien el motivo, creo que ella consideraba
que ya había ido a muchas fiestas de egresados ese año.
Yo me proponía una y otra vez no hablarle,
hacerla sentir mal, no quererla más, pero nunca jamás lo logre, mi enojo duraba
poco, no podía sostenerlo y me odiaba a mí misma por eso.
También recuerdo lo que han sufrido mis hermanas,
Cande realmente la paso mal. A pesar de que al ser la más chiquita uno puede
pensar, la Lilo ya está cansada, no fue así, no se cansó nunca y las discusiones
entre mamá y Cande eran cosa de todos los días. Yo la ayudaba a Cande a
escaparse y trataba de cubrirla pero no es tarea fácil engañar a La Lilo.
Pero la mejor historia, fueron unas vacaciones en
Miramar. Yo tenía aproximadamente 9 años, las "grandes" Lu y Agus tenían
17 y 15 años, plena adolescencia. Siempre nos íbamos los primeros 15 días de
enero con mamá y los otros 15 con papá. Demás está decir que la primer quincena
era linda, divertida pero la segunda era un descontrol total, las grandes hacían
literal lo que querían y “las chiquitas” nos la pasábamos en Pibelandia,
fichines a morir y helados hasta explotar.
Siempre viajábamos con amigas, y está no fue
la excepción. Agus llevo a una amiga (Lula, si estás leyendo esto, sabe que sos
boleta). La pibita paso una semana con mamá y una semana con papá y cuando
llegó a Buenos Aires le conto a su madre (que era media amigota de la mía) el
descontrol que era la casa con papá. Para que entiendan el nivel, papá armaba
los clericós en la heladerita playera para el pre boliche de Lu y Agus. Un
copado!
Mamá ni bien se enteró calladita la boca se tomó
un colectivo a Miramar y cayó tipo 7 de la mañana en la casa, ticó el timbre,
papá pensó: "alguna de las chicas se olvidó la llave" Pero no, cuando
abrió la puerta, era "LA LILO". Papá pálido, casi pasa a mejor vida
en ese mismo instante. Cande y yo felices de ver a mamá, todavía no teníamos
noción de la que se venía, Cou dormía y Agus y Lu claramente no habían llegado
del boliche.
A partir de ahí papá fue nominado a abandonar la
Costa Argentina, Mamá tomó la casa, las chicas no volvieron a salir hasta marzo.
Cou casi pierde, por una discusión entre padre y madre, lo que había esperado
todo el verano, la función de Poliladrón en Mar del Plata, y para rematar mamá
por mi culpa se quemó la mano y lo único que hizo fue darnos ordenes de que
limpiemos y ordenemos la casa.
En fin, como siempre digo nada de esto me traumo después
de años de terapia entendí que es muy probable que en algunas cosas sea muy
parecida con mis hijos y como dice mamá ella "se va a cagar de risa".
La Casa de la tragedia |
Papá disfrutando de la playa antes del escandalo. |
Mamá, mi adolescencia y yo. |
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