lunes, 9 de septiembre de 2013

Dame un bife de chorizo con fritas!

Todo bien con los restos macrobióticos y cools de Palermo, a veces me gustan, a veces me tientan. Pero otras los odio!
El domingo amaneció divino y como ya me había quedado todo el sábado haciendo fiaca en casa (el día lo ameritaba 100%) tuve que salir, huir de mi hogar para respirar el aire de Buenos Aires. 
Caminé en busca de Benja y Agus, después de Lu y así hasta terminar el pool humano con Cou. Las cuatro hermanitas más el bebito (estaba pesado como collar de sandias, mi vida) nos sentamos en Le Blé, un resto bien palermitano, comida francesa, sándwich con hojas verdes, papas rústicas, vajilla de mi abuela y limonada. Los platos parecían tentadores. El problema es que el mío nunca llegó.
Después de esperar 25 minutos una mesa al aire libre. Calcinarnos una vez sentadas y que Cou no parara de quejarse porque estaba chivando más que en un sauna. Que Benja fuese del cochecito a la sillita  alta, de la sillita alta a caminar por la vereda, de caminar por la vereda a caminar por adentro del restaurante y de caminar por el restaurante al cochecito de nuevo. Años esperando 4 sándwiches, que sólo llegaran 3, más el pedido de una Coca light que todavía estoy esperando. 
Imagínense  ya a esa altura a Cou le salía humo de las orejas, entre el calor y la calentura que tenía por la mala atención (ojo la moza siempre fue amorosa simplemente nunca trajo lo que le pedimos).
El pedido de la cuenta ya fue con un grito de indignación y con un: "Este Restaurante es una mierda, no vengo más". 
No se dejen engañar es lindo pero te ATIENDEN MAL!

En fin, pegamos el retorno hacia nuestros respectivos hogares, caminando para bajar ese medio sandwichito de pollo con pan viejo que no me tapo ni una muela.
Llegando a casa me clave un helado de Pérsico, que por suerte no falla.
Más allá de todo fue un lindisimo domingo!

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