Hoy me levanté y me costó un montón elegir la
ropa para venir a la oficina. No sabía que ponerme. Que difícil es todos los
días pensar que ponerse, de qué manera, con que combinarlo, que te haga flaca,
estar canchera y todo esto a las 7 de la mañana a oscuras porque mi novio está
durmiendo. Complicado no?
Por suerte, literal que a mi trabajo puedo ir vestida como quiero, desde zapatillas hasta taco aguja. Acá hay de todo, nadie
te va a mirar mal. O sea que cuando tengo ganas me hago la diva y cuando no,
vengo más normal.
Tenía ganas de ponerme una pollera con medias y
un suéter, pero después de probarme por lo menos 5 me di cuenta que no tenía
ningún equipete que me cerrera (ojo no por gordita eh). Cuando me gustaba la pollera no me gustaba el
suéter y cuando me gustaba el suéter no me gustaba la pollera, no encontré la combinación perfecta.
Asique opte por calzas, remera grande, botitas y
ya... Un clásico y salvador.
Les dejo una foto, en realidad no sé si a alguien
le interesa mi look pero bue... pinto. Ahí va.
¡Gracias a mi amiga personal MAUFY que me saco las fotos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario