No sé bien de que depende el fanatismo, porque
Lorna es fanática de Susana, porque el fan lo era de Wanda y porque yo lo fui
de Diego Torres, Martín Palermo y Mambrú.
Quizás es un tema de familia, Lu amaba a Guido Kaczka
jugaba a Grande Pá con sus amigas, Agus tenía su cuarto lleno de posters de Axl
Rose (más rocker la chica), Cou como ya conté fue a ver mil veces Poliladron y
hasta llegó a comprarle con sus ahorros una medallita a Laura Novoa (que automáticamente
tiro a la basura), Cande lloraba por Belén Fraga y soñaba con ser una chufa (y
lo logró).
Y yo, bueno, conocí el amor con Martín Palermo. Yo
era fanática de Boca iba a la cancha con papá todos los domingos, me vestía con
camiseta y buzo Xeneize (no entiendo cómo me dejaban parecía un pibe), no me
perdía un solo partido, lloraba cuando Boca perdía y hacia promesas para
que ganará (si hubiese prometido no comer dulces mi vida hubiese sido tan
diferente). Pero sobre todo estaba totalmente enferma por Martín “el loco”
Palermo. Grababa todos los programas donde él aparecía, me compraba todas las
revistas, sabia absolutamente todo de él, de su familia, de su vida, su
carrera, todo!
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REC, PLAY, STOP así vivia. |
Hasta llegue a conocerlo. Fue un 18 de noviembre de 2001 en
el hotel Los dos Chinos donde Boca concentraba por ese entonces. Fui con mi
abuelo, conocí a todo el plantel inclusive a Carlos Bianchi, me saque fotos,
lloré, reconcí cual era Guillermo y cual era Gustavo Barros Schelotto. Pero cuando lo ví a él pensé que me moría, me faltaba el aire, no podía
respirar. Recuerdo exactamente subir unas escaleras y ver sus piernas largas,
peludas, tenía puestas unas chancletas Puma, un short blanco y una remera azul;
tímido pero simpático. Yo sin palabras, inmóvil. Fue un día inolvidable
llamaba a mis amigas les contaba y seguía llorando. Así lo describía en mi
agenda.
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Les pido disculpas la falta de ortografia. |
También recuerdo cuando volvió de su lesión en ese
Boca- River por la Libertadores donde entro he hizo un gol, yo estaba ahí con
papá, la gente del palco me saludaba, me felicitaba, nos abrazábamos y
llorábamos por lo que Martin había hecho. Que locura todo esto, la gente me
bancaba a full mi fanatismo.
Es increíble el fanatismo, la locura y la obsesión
que genera o al menos eso me pasaba a mí. Uno siente que se va a morir si no
conoce a esa persona y sí la conoces te angustias porque sabes que nunca se va
a acordar de vos.
Dios por favor que Martín no se acuerde de mí, en
ese momento estaba muy complicada, jodidamente complicada, tenía un pesaje de eliminación
y la pre adolescencia me estaba pegando duro, todavía no había usado brackets y mi
look era un desastre y Majo mi depiladora todavía no había llegado a mi vida (pero esa es otra historia que ya contaré).
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Imaginense una cara igual de redonda. |
Martín si alguna vez lees esto quiero que sepas que fuiste todo para mí, gracias por tanto!!!!